"Hola compañero. Sé que eres grande, sí, e impones, mas no vas a vencerme pese a tu esfuerzo. Soy tu dueño. Lograré dominarte. Eres mi herramienta, de modo que vamos a llevarnos bien. Te aviso.
Pero tranquilo, no voy a hacerte daño, estoy por encima de tí pero tú no estás por debajo, somos aliados en esta guerra íntima y fugaz, uno no sería nada sin el otro, no nos decepcionemos, tenemos que trabajar sin descanso y juntos crearemos de nuevo, otra vez, el lenguaje universal.
Solo somos compañeros, ya lo he dicho, tú eres mío y yo soy tuyo, los dos somos arte al fundirnos en un solo cuerpo unido por mis dedos. Tú me has cambiado y yo voy a transformar tus entrañas en melodías.
Tantas horas tocando, tantas horas ensayando, tantas horas actuando, tantas horas... en fin, tantas horas... Préstame tu marfil, tu madera, déjate acariciar por mis manos suavemente pero no te arrastres por debajo de mí, tienes que imponerte, aplastarme y yo también a tí. Entablaremos un día más nuestra lucha eterna que en absoluto nos convierte en enemigos.
No somos enemigos sino amigos, no debemos ser enemigos.Si bien la tensión puede menguar nuestros lazos de afecto jamás debe romperlos. Las místicas cuerdas del recuerdo resonarán cuando vuelvan a sentir el tacto del buen ángel que llevamos dentro. Nuestro equipo vencerá siempre si seguimos esta línea...
compañero, 
       amigo, 
          piano".
                                               

                                            ODA AL PIANO-Jean Loumès